En la actualidad 93% de la población posee móviles inteligentes, la idea de no tener al alcance la tecnología del Smartphone parece una locura, especialmente en los más jóvenes.
Dentro de las sociedades occidentales este aparato tecnológico ha generado muchos cambios que ahora son la norma, ha modificado desde la manera en la que nos comunicamos hasta la forma de trabajar.
Smartphones, una extensión de nuestra mano
Los móviles han cambiado la conectividad, este aparato pone al alcance de la mano toda la información que existe en la red, dando como resultado que las personas no sientan la necesidad de memorizar ningún tipo de dato, puesto que tienen un motor de búsqueda permanente.
La conducta humana más afectada por los Smartphones ha sido la comunicación. La conectividad le permite a dos personas en cualquier parte del mundo hablar en tiempo real, mediante respuestas inmediatas: condicionando a las personas a decir cosas de manera presurosa sin pensar calmadamente la situación.
Uno de los principales atractivos de los teléfonos móviles actuales son las decenas de redes sociales que han acostumbrado a las personas a compartir todo tipo de información personal a extraños, hasta el punto de perder gran parte de la privacidad.
La tecnología de los llamados Smartphones se han convertido en las navajas suizas de la actualidad, podemos tomar fotos, escuchar música, mirar videos, jugar, comunicarnos, agendar eventos, compartir información, pagar, comprar, hacer cálculos matemáticos, todo esto y más con un solo aparato.
Pero esta tecnología, aunque funcional, es adictiva, según diferentes encuestas aproximadamente 70% de la población dice no poder abandonar su teléfono celular, hasta el punto de crear una condición llamada nomofobia, esto se define como un “ciclo de compulsión” parecido al de las drogas, generado por las constantes novedades de los móviles, generando altos niveles de ansiedad a las personas que lo padecen.