Los avances en la tecnología y los cambios en los patrones comerciales están afectando las oportunidades para la manufactura orientada a la exportación. La automatización inteligente, la robótica avanzada y la impresión en 3D son nuevos factores que influyen en las ubicaciones atractivas para la producción. Si bien estos cambios amenazan con perturbar significativamente el empleo futuro, en particular de los trabajadores poco cualificados, también ofrecen oportunidades.
La tecnología y la globalización están cambiando la forma en que la fabricación contribuye al desarrollo. Tendremos que aceptar este cambio en lugar de temerlo. En el pasado, el sector manufacturero creaba puestos de trabajo para trabajadores no cualificados y aumentaba la productividad. En el futuro, los países en desarrollo tendrán que actualizar sus políticas, así como sus infraestructuras, capacidades de las empresas y estrategias de creación de empleo, para satisfacer las demandas de un mundo tecnológicamente más avanzado.
La globalización no se detiene
Las tecnologías cambiantes y los cambios en los patrones de globalización están destinados a reformar las estrategias de desarrollo impulsadas por la industria manufacturera. El comercio se está ralentizando. Las cadenas de valor mundiales siguen concentradas en un número relativamente pequeño de países.
Los países pueden aprovechar las nuevas y prometedoras oportunidades de crecimiento de la productividad y de creación de empleo si los encargados de la formulación de políticas aplican enfoques que se adapten a las tecnologías cambiantes y a las pautas cambiantes de la globalización.
Es probable que los países que no lo hacen tengan que hacer frente no sólo a los costos económicos, sino también a los costos sociales asociados con el aumento de la desigualdad y un acceso más limitado a las oportunidades.
El patrón es familiar: en algunos sectores, los robots y otros avances tecnológicos están automatizando trabajos que antes eran realizados exclusivamente por personas. En China, por ejemplo, se proyecta que las fábricas tengan más de 400.000 robots industriales instalados para 2018, el número más alto de cualquier país del mundo. FoxConn, la empresa conocida por producir productos Apple y Samsung en la provincia china de Jiangsu, sustituyó recientemente a 60.000 obreros industriales chinos por robots industriales.
¿Nos quitarán trabajo los robots?
Al reducir la importancia relativa de los salarios, la robótica y las fábricas "inteligentes" pueden cambiar lo que se necesita para que las ubicaciones compitan en los mercados mundiales de fabricación. Philips, en los Países Bajos, y Adidas, en Alemania, son dos empresas que recientemente han "reorientado" la producción de sus afeitadoras y zapatillas de deporte para estar más cerca del consumidor final.
En cada uno de estos casos, las fábricas más nuevas impulsadas por la tecnología proporcionaron ahorros de costos en comparación con sus plantas en alta mar impulsadas por los bajos salarios de los trabajadores.
Al mismo tiempo, los cambios en la economía mundial presentan otros desafíos. La débil demanda de importaciones resultante de la desaceleración del comercio tras la crisis financiera de 2008, la disminución del comercio de piezas y componentes, la continua expansión de China en el extremo inferior de las cadenas de valor mundiales y las nuevas amenazas de proteccionismo pueden reducir el potencial de crecimiento de la industria manufacturera.
La intersección de estas tendencias en la tecnología y el comercio determina dónde y cómo se produce la producción, dónde se crean los diferentes tipos de empleos y el alcance de las oportunidades económicas en todo el mundo. Existe el riesgo de que la industria manufacturera deje de ser una vía accesible para el desarrollo de los países de bajos ingresos.